jueves, 14 de febrero de 2013

Letargo Esplendoroso

Letargo Esplendoroso

Carlos Xavier Paredes Gorena

I.               
     Romances Complicados.

Perra es un adjetivo bruto y cruel que se emplea contra las mujeres. Quien no se ofendería si le comparasen con un cuadrúpedo ingenuo cuya forma de reproducción, carente de cualquier indicio de romance, es humillante y a la vez rustica. Primero entra en celo y luego de llamar la atención de varios ejemplares calenturientos de su raza es toscamente inseminada para luego ser abandonada sin contemplaciones, como pasada de moda. A la sazón tiene que conformarse a llevar la gestación con una ignorancia abismal. Pocos meses más tarde de haber dado a luz repite el proceso y así hasta su muerte.
Mas  Irma, la atractiva masoquista no se ofende en lo mínimo cuando su novio la llama de tal manera. La amarra en la cama con una soga gruesa, le sega los ojos con una venda de seda y le golpea la cara con una mano mientras la otra le acaricia el agraciado cuerpo disimulado sensualmente por cuero negro y licra transparente (todo eso suposiciones mías, muy bien fundadas).
Si le cuestionas inquisitivamente sobre el gusto que encuentra al hecho de ser maniatada, golpeada y muchas veces imprecada groseramente siempre recibes la falacia, “es la manera que yo encuentro para experimentar al máximo el placer sexual y muchas otras personas lo hacen también, no soy la única”- como respuesta tajante y definitiva.
Yo soy Adam, su vecino y amigo de la juventud. Como tal, no admito que un bruto degenerado venga a golpearla casi cada noche ¿Pero qué puedo hacer si ella lo disfruta tanto? Me veo obligado a contenerme pues gustos son gustos y aparte no tengo voz ni voto para exigirle dejarlos.
Siempre lleva vestigios de la violencia nocturna. Moretones hábilmente encubiertos con maquillaje, marcas en la piel envueltas por manillas, heridas escondidas con adornos y accesorios estéticos. A veces hasta la he visto cojear disimuladamente. Estoy seguro que sus amanecidas gozosas no tienen salida alguna más que un hospital médico o mental, apuesto a que a este paso terminara en ambos. Destroza el corazón verla así.
Alguien que no la conociese se preguntaría ¿siempre ha sido igual de rara? Mi respuesta seria-“sí, pero no así”. Entonces me explicaría mejor. Hablaría acerca del encuentro perfecto, la existencia del amor a primera vista y el dolor de no ser correspondido. Narraría el día que conocí a Irma, una nublada mañana de marzo. Llego a mi vida el último año que cursaba el colegio. Vino de La Paz aunque nació en Cochabamba. Debido a los recurrentes viajes que su padre hacia por trabajo ella se encontraba constantemente, realizando o no, amistades en lugares diferentes del país. Siempre tuvo una actitud apartada, taciturna y misántropa, yo supongo, debido a la inseguridad que causa estar cambiando de ambiente tan constantemente. Todos supimos adaptarnos a eso y admitirla en el “grupito”. Me resultaba increíble que ahora haya abandonado C.B.B.A. solo para venir a ser maltratada en Sucre por un capitalino kharapanza desquiciado. Podía hacer lo mismo quedándose en su ciudad y se hubiera ahorrado buen dinero. Mujeres, ¿quién las entiende?, obviamente yo no, pero dudo que alguien pueda comprender a Irma.
Es una chica alta (¡uno ochenta sin exagerar!) y guapa. Piel blanca como granizo, cabello negro y largo como mis noches en Sucre, ojos cafés claros que irradian deseo y seducción no sé si en todos pero vaya que en mi sí. Tiene un cuerpo bien proporcionado y sirenio aunque nunca realizo ni realiza deportes. Su tatuaje misterioso en la parte más baja de la espalda (parte superior del trasero) la convierte en una diosa mística de la incitación sexual. Siempre viste de negro y con indumentarias que dejan poca imaginación a la poderosa silueta que ostenta. Los labios los lleva pintados de un rojo carmesí o de un tono opaco, detalles que complementan su figura de diosa exótica.
Uno vino a radicar a esta ciudad después de otro. Ambos incitados por diferentes razones y luego de diferentes periodos de tiempo (yo llegaría dos años y medio después de ella).
Los motivos de Irma, aun no los tengo claros. Desconozco en que fue a ocupar su tiempo los años antes de mi llegada. Siempre que trato de abordar el tema lo esquiva sutilmente hablándome de sus extraños libros o leyendas vernáculas (parece que nunca saliese de casa sin ellas). Debo admitirlo, algunas de esas historias son muy interesantes.
En cuanto a mis razones tengo dos. La primera (si entra en mi marco de posibilidades), salir profesional en el área de odontología. Perdí dos años para descubrir que la pedagogía no era cosa mía, dientes y lenguas, he ahí mi afición. Aparte, que mejor que hacer los estudios en la prestigiosa Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca. Es bien sabido que su reputación logra maravillas y es precisamente lo que utilizare para abrir mi consultorio en C.B.B.A. La segunda y más importante, conquistar a Irma.  
Hace poco vine a radicar a este barrio olvidado llamado Cenac. Hoy por hoy habito un edificio grande y económico de departamentos. Esta muy alejado de las zonas centrales de la ciudad pero tengo mis razones. Me albergo en el sitio obviamente porque no tengo mucho dinero. Además un amigo me dijo que Irma también vivía aquí. Ahora soy su vecino.
-          Que increíble coincidencia…- Le decía frente a la puerta de nuestro ascensor unos meses atrás.
Ambos habitamos (junto a otros tantos raros personajes que me topo muy pocas veces) los sucios departamentos que ofrece el piso treinta y dos.
Lastimosamente sigue siendo una chica inalcanzable para mí, lo descubrí al poco tiempo de mi arribo. No solo por su tamaño (yo mido uno sesenta y ocho, cuando me esfuerzo) sino también por sus extraños gustos y placeres. Soy un individuo chapado a la antigua y no es que critique pero las cosas que hace me parecen realmente impías.
No obstante, me paso varias horas al día inventando pretextos patéticos para tocar su puerta; “Perdí mi llave”, “me olvide mi llave”, “me robaron mi llave”, “¿sabes hacer llaves?” excusas nunca empleadas por mi naturaleza cobarde. Nuestras moradas están separadas por escasos metros, o bien, extensos kilómetros, para mi llegaría a resultar lo mismo. Pero soy paciente, se manipular las coincidencias hasta tornarlas en rutinas (en otras palabras merodeo el pasillo cada media hora), gracias a ello nos topamos, a veces. Mayormente en las mañanas, cuando me dispongo (inútilmente) a ir a la facultad.
Como ya he mencionado siempre fue distante, pero ahora, ahora parece una completa extraña. Mi presencia le resulta tristemente indiferente, cuando mucho tolerable mientras no interrumpa sus misteriosas actividades. No asistió a la universidad este año, ni los anteriores y dudo que lo intente el próximo. Ignoro las cosas que hace a diario pero vaya que la tienen ocupada. Cuando le pregunto al respecto lo oculta nerviosamente y creo que eso no me gusta para nada. Luego de mucho trabajo solo logre sonsacarle que hace algunos mandados para su padre (¿Mandados? ¿Recurrentes? ¿Qué era, una especie de espía o algo así? ridículo). Pinturas. Los días que se confina en su departamento sin ninguna visita excepto la nocturna se los pasa retocando sus pinturas. Pero no podía verlas, aun no estaban listas, o eso dice. Me las mostraría si algún día conseguía una exhibición. Espero que lo logre.
Lo cierto es que no permite que nadie profane su departamento, al menos nadie que no se llame Anfitrión.
Anfitrión, su novio, amo o lo que sea que se ajuste a su peculiar relación. Se llama igual al padre humano en la leyenda de Hércules (si mis investigaciones en internet no se equivocan). Tal vez el nombrecito estuvo de moda en Grecia pero eso fue hace millones de años. Por favor, seamos sinceros ¿Qué clase de cretino llama Anfitrión a su hijo? Si el objetivo de sus padres era despertar gracia y lastima, misión cumplida. Pero admito que tiene que ser un espécimen enorme y basto en todo para satisfacer a la amazona extraña de Irma.
Las pocas veces que habla del maldito me dice muy poco.  Según dice es alguien de edad algo avanzada, en sus propias palabras – “tal vez diez o veinte añillos más que yo… pero el amor no tiene edades ¿verdad?”- supongo que sí. También es ciego y masoquista en su caso. Al parecer el tipo también es extremadamente sabio en lo que a ella tanto le gusta; saberes arcanos y lenguas perdidas (apuesto que la conquisto con una guija barata y acento romántico).También me confesó que la ayudaba económicamente, en algo (¿en algo?). Al principio pensé que mi pobre amiga sufría todo el maltrato por dinero, pero deseche la idea rápidamente. Después de todo su padre es dueño de una famosa biblioteca de La Paz, gana muy bien. No, lo que me hizo apartar de esa idea no fue su condición económica acomodada, fue su mirada. Sus ojitos cafés bombón se iluminan de estrellas cuando menciona al desgraciado. Es obvio e irritante, le encanta el maltrato, ¿en su mente enferma es algo romántico?
Incluso un día me contó que tiene un miembro enorme ¡SI!, se atrevió a decírmelo. Eso confirma mi hipótesis, yo Adam, soy su único amigo en la ciudad (o bien me odia y quiere probar mi paciencia).
No sé nada más del sujeto. Como lo conoció o cuánto tiempo llevan saliendo, simplemente no quiere decírmelo. Tampoco es que me importe demasiado. Lo molesto y raro del asunto es que en SERIO trate de ocultarlo. Si lo ama tanto como dice debería estar feliz de contármelo todo y en detalle, a las mujeres normales les encanta hacerlo. Ya dije que Irma es una chica muy diferente a la común pero el hecho sigue sin tener sentido para alguien con tres hermanas molestas como yo. 
Supongo que lo encubre por las cosas sucias que hacen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario